lunes, 21 de noviembre de 2016

Reseña de lectura del mes de octubre



Este mes, tuve la oportunidad de releer un maravilloso libro titulado La lluvia sabe por qué por María Fernanda Heredia.
Este libro me gustó muchísimo la primera vez que lo leí, sin embargo, cada vez que lo leo me gusta todavía más, ya que tiene una trama llena de drama, de suspenso y enseñanzas.  
Tiene un lenguaje claro y entendible, que relata la historia de dos personajes cautivadores, con los que te empiezas entendiendo al principio y terminas amando al final de la historia.
 Por ser un libro cuya historia se desarrolla en la época de la secundaria y adolescencia de ambos personajes, con edades relativamente parecidas a las nuestras, y con situaciones a las que estamos expuestos en nuestra vida con las que nos podemos identificar, hace que el libro sea interesante para el público juvenil y que aparte de entretenernos, nos enseñe cosas sumamente importantes, llenas de valores y lecciones de vida.


Dentro de muchas escenas rebosantes de emociones que se encuentran en el libro tengo dos favoritas:
La primera, es cuando en medio de la tormenta, están atrapados en la casona vieja Delfina, Lucía y Antonio, y después de muchas horas en vela, Delfina se rinde ante el sueño.
En ese momento, Antonio y Lucía están platicando, y Antonio le confiesa que ella es su salvavidas, y ella no lo puede creer, ya que está sumergida en muchos problemas provocados por el acoso y abuso de poder, de los que Antonio no sabe.
Lucía cree, que si el supiera en lo que está metida, dejaría de verla de la misma forma; pero lo que no sabe, es que él está enamorado de ella de una forma tan real y tan verdadera, que nada puede hacerlo cambiar de parecer; y que si ella lo dejara, también podría ser su salvavidas.
Esa parte me encanta, ya que se me hace una parte romántica en la que los personajes por fin se conocen de forma íntima, y en esa parte, la soledad que ambos sienten se va esfumando poco a poco.

Mi segunda favorita es cuando casi al final del libro, Antonio habla por medio de una videoconferencia en un café internet con Alba (su mamá)  y le cuenta todo; los malos tratos de sus tíos, su falta de asistencia en natación y que su tía lo corrió de la casa y  ya no tiene hogar.
Este parte me gusta muchísimo ya que es la primera vez en la historia desde que su mamá se fue a España en que son honestos el uno con el otro, lo que reestablece la buena comunicación que tenían.


La historia empieza hablándote de las tristes situaciones que viven dos adolescentes; Antonio y Lucía, que al parecer no tienen nada que ver, pero conforme avanza la historia te vas dando cuenta de lo mucho que tienen en común sus situaciones, sus emociones y sus personalidades.

Por un lado, en la historia de Antonio, se encuentra su mamá llamada Alba, su tía Beatriz, el esposo de su tía Norberto, su primo Leo y su entrenador de natación.
En la historia de Lucía se encuentra su hermana Bárbara, su abuela, su mamá la señora Faicón, su papá el señor Faicón, sus amigas Vera, Cecilia y Renata, Álvaro Herreros, la directora y la psicóloga.
Delfina, es un personaje que aparece primero en la historia de Lucía, pero que aparece en ambas historias.

Lucía enfrenta burlas, acoso, y gravísimas faltas de respeto en la escuela debido a que en una pijamada sus amigas jugándole una broma le toman una foto mientras se cambia en la que aparece su torso desnudo y sin querer la envían a su primer contacto: Álvaro Herreros, quien se encarga de difundirla por muchos medios y después decir que el no lo hizo. 

Culpan de todo a Lucía, sin tomar en cuenta las faltas de respeto que está sufriendo, las amenazas y las burlas, todo para que la escuela y los padres de los involucrados se laven las manos, y que la situación tenga culpable.

Antonio, que vive en casa de su tía Beatriz con su esposo Norberto, (quien se cree un grandísimo escritor con un gran intelecto) y su primo Leo ya que su mamá está en España tratando de juntar dinero para así poder regresar y que ella y Antonio tengan una mejor vida, pero mientras eso sucede, Antonio tiene que aguantar las constantes agresiones físicas, insultos y malos tratos por parte de su tío, quien cada día se esmera más en hacerle la vida imposible a su sobrino, haciendo insinuaciones sexuales referentes a su madre, quitándole su computadora, privándolo de su deporte, robándole el dinero que su madre enviaba para sus gastos y obligándolo a limpiar sus cajones personales para así poder “pagarle” a sus tíos “todo” lo que le han dado.

La historia termina con la resolución de los problemas de ambos, y un final feliz que ambos personajes principales se tenían merecido.
Lucía, con la ayuda de Delfina, redacta una carta en la que informa del fuerte acoso que sufrió en su escuela, de como sus autoridades escolares la culparon de todo y no la tomaron en cuenta, explicando toda la situación por la cual pasó. Delfina la lleva a la casa de Álvaro Herreros, quien le había propuesto a Lucía que fuera a su casa a “divertirse” y se acabarían los problemas de acoso en la escuela; y le entrega en un sobre una copia de la carta  ella y una hoja en la que le informa a Álvaro que no acepta su propuesta de diversión. 

Después de estar percibiendo la voz y los consejos de su adorada abuela cuando más la necesitaba, Lucía la escucha por última vez y se despide de manera definitiva de la abuela después de estarla escuchando con el viento.

Después de la tormenta Delfina le ofrece a Antonio que se quede unos días en su casa en lo que se comunica con su mamá para informarle de lo ocurrido.
Antonio habla con su mamá y le cuenta todo, ella le promete que esta será la última vez que harán maletas, y también le promete que se verán en unos días.
En la última escena del libro, Antonio le pregunta a Lucía sus tres palabras del día…
“Al rato un mensaje de texto apareció en su teléfono y la sacó de su tristeza. El mensaje decía: “¿Tus tres palabras del día?”
Lucía sonrió y, aunque todavía no era lo suficientemente ágil en el juego, supo que su primera palabra sería Antonio. Las demás palabras bonitas que contaran su día ya las irían descubriendo juntos…”


Esta maravillosa obra, escrita por la excelente autora María Fernanda Hereida que nació en Quito, Ecuador, en 1970.
Es escritora, ilustradora y diseñadora gráfica.
Ha publicado más de veinte libros dirigidos a niños y jóvenes.
Entre sus publicaciones más difundidas están Amigo se escribe con H; que la hizo acreedora al premio Norma Fundalectora 2003; Cupido es un murciélago, Foto Estudio Corazón y El mejor enemigo del mundo.

Y sin lugar a dudas, esta obra es una de sus mejores obras. 

martes, 8 de noviembre de 2016

Derechos Humanos


                   

Es muy importante que conozcamos y exijamos nuestros derechos para que podamos tener lo que nos corresponde y para que si intentan vernos la cara, no nos dejemos nunca.

Feminicidios: Violencia que asecha al país


 ¿Sabían que en nuestro país mueren seis mujeres cada día? En el 2013 mil setecientas sesenta y siete mujeres fueron asesinadas, y otras mil quinientas fueron desaparecidas. El 70% de estas mujeres, eran adolescentes de entre 14 y 17 años de edad. Tristemente, cualquiera de estas pobres niñas pudo haber sido una nosotras.


Nuestro país está enfrentando una terrible crisis en todos sus sentidos; no solo acaban de recortar el presupuesto, el dólar sigue subiendo y la tasa de desempleo ha incrementado. Ahora, la violencia ha alcanzado estados y comunidades que solían ser seguras.
De acuerdo a la ONU, nuestro país ocupa el lugar número 16 en feminicidios a nivel mundial. Puede parecernos un dato erróneo e inadecuado, pero, ¿acaso cambia nuestro parecer cuando recordamos la terrible desgracia de las muertas de Juárez?
Muchos de nosotros identificamos este suceso como el mayor suceso de feminicidio que ha enfrentado nuestro país. Pero lo que no sabemos, es que estamos  equivocados, ya que sin lugar a dudas, el suceso más grande de feminicidio se ha efectuado más cerca de lo que pensamos.


En Ciudad Juárez, en un lapso de 22 años, de 1993 a 2015,  ha habido 1530 feminicidios, mientras que en el Estado de México en un lapso de siete años, (de 2006 a 2013) se han efectuado dos mil ochocientos treinta y siete. Lo que deja como promedio 72 feminicidios por año en Ciudad Juárez, y 405 feminicidios por año en nuestro querido hogar, el  Estado de México. Cifras impresionantemente alarmantes, ¿no?
El año pasado, por primera vez en la historia de nuestro país, la Secretaría de Gobernación, emitió una alerta de género para 11 municipios de nuestro estado, entre ellos Tlalnepantla y Naucalpan.


En este último municipio, hace unas semanas, el 22 de septiembre pasado, en la Avenida Lomas Verdes, uno de los cruces más concurridos de todo el país, desapareció Karen Ezquivel, una chica de 19 años. Dejando a sus abuelos, padres, tíos, amigos y hermanos desolados, angustiados e infinitamente tristes, pero sobre todo, afligidos, ya que no sabían el estado en el que se encontraba, donde se encontraba y si seguía con vida.
Su mamá divulgó su desaparición en las redes sociales, con la esperanza de que su hija apareciera.
Una semana después, el cuerpo sin vida de su hija fue encontrado dentro de una maleta en una casa.


Ahora, la familia de Karen llora su temprana e injusta partida, ya que solo por el hecho de ser mujer, mataron a una jovencita de 19 años, que apenas empezaba a vivir, y tenía toda la vida por delante.

Este terrible suceso, nos demuestra que la violencia contra la mujer está tomando fuerza en todos lados, y que ya no está hasta Ciudad Juárez, si no que ahora, nuestro estado encabeza la lista de violencia de género, que lamentablemente, ya alcanzó nuestra localidad y las localidades vecinas.

De acuerdo a la INEGI, el 96% de los delitos no son reportados.  ¿Cuántos padres de familia estarán buscando a sus hijas perdidas? ¿Cuántos estarán llorando su partida? ¿Se imaginan la magnitud del dolor que estarán sufriendo?
Ninguna persona, merece sufrir esta clase de dolor, y sin lugar a dudas, ningún padre o madre merecen vivir el tremendo golpe que implica la pérdida de un hijo.


Pero, ¿Cómo puede mejorar la situación, si muchas veces la policía está involucrada en el crimen? ¿Cómo pueden cambiar las cosas si nuestro gobernador tiene asuntos más importantes que atender? ¿Cómo se puede reducir la violencia y lograr la equidad de género si el movimiento feminista es altamente criticado?


Ser feminista, no significa luchar para que se valore más a una mujer que a un hombre. Significa luchar para poder tener los mismos derechos que un hombre, y para ser vista como un igual ante todos los ojos del mundo.
Y al ser vistas como iguales, el término feminicidio no existiría.
Porque, ¿Cuándo han escuchado que mataron a un hombre por el simple hecho de ser hombre? Nunca.

La tasa de asesinatos varoniles es mucho más baja que la de feminicidios, y en ningún caso de asesinato varonil, el motivo fue su género.

El conocer y llevar a cabo el movimiento feminista es completamente necesario, ya que la información verídica acerca del tema es fundamental para todos aquellos ignorantes que hablan sin saber que dicen.

Necesitamos crear conciencia en todos los sectores de la comunidad, y tenemos que fomentar el respeto y la no violencia a la mujer.
Todo esto, empieza y acaba en casa, por lo que si queremos detenerlo, tenemos que enseñarle a nuestros hijos que una mujer vale lo mismo que ellos. Que una mujer es sumamente necesaria, pero sobre todo, que una mujer merece exactamente el mismo respeto que un hombre.


Tenemos que acabar con esta feroz racha de violencia hacia las mujeres, hasta mitigarla por completo. Ni una sola mujer más tiene que ser asesinada por su género. Ni una más.
Es momento de pasar esta horrible y oscura página.
Porque como dijo Elizabeth Cady Stanton, una de las pioneras del movimiento feminista, "La prolongada esclavitud de las mujeres es la página más negra de la historia de la humanidad". Y esta esclavitud debe parar inmediatamente.
Y aunque esto suene difícil, nada es imposible, como la escritora Jane Austen diría, "Las tonterías dejan de serlo cuando son realizadas de forma atrevida por gente con sensibilidad".

Porque hasta lo imposible es posible con cooperación, determinación, entrega y valor. Solo se necesita la mejor actitud y todo el empeño.




-Marcela Villa